Foto: Rubén Sáez

Castillo de Monreal del Campo

Jiloca


Castillo
en ruinas

Orden
Militia
Christi


Horario


Visita libre

Tiempo orientativo en el castillo:
18°C

Información


Ayuntamiento:
Plaza Mayor, numero 1 (44300) Monreal del Campo
T. 978.863.001
www.monrealdelcampo.com

Datos de interés


Parking de caravanas en el área de servicio a las afueras del pueblo. Zona de aguas negras y grises y agua potable.
Pertenece a Rutas del Camino Cid.

Mapa de localización


Coordenadas: 40.790446, -1.354095

Historia del Castillo de Monreal del Campo


Siglo XII

La fortaleza fue creada por Alfonso I de Aragón hacia 1122, sobre los restos de una antiguo asentamiento íbero-romano.

Monreal se convirtió en una importante posición avanzada del monarca aragonés, que aspiraba a conquistar  Levante y marchar a combatir a Tierra Santa.

Impregnado también por el espíritu de las Cruzadas, al arzobispo Guillermo de Aux, asimilaba el nombre de la nueva fortaleza, Mont Regal, al de “mansión del Rey Celestial” (Montem Regalem, id es regis celestis habitationem).

También aparece mencionada en ocasiones como la Domo Plana, a causa de su peculiar configuración topográfica.

Año 1128 – Al mando estuvo el tenente Gastón de Bearne. Parece que también estuvieron vinculados a la Orden de algún modo otros magnates ultrapirenaicos. También hubo aragoneses ostentando la tenencia de Monreal, como Fortún Garcés Cajal o su sobrino Lope Cajal.

Año 1134 – Campaña de Fraga: tanto Lope Cajal como el soberano aragonés pierden la vida. La muerte de Alfonso I supuso la pérdida del castillo.

Año 1142 – El castillo es nuevamente recuperado tras la concesión del Fuero de Daroca, bajo el reinado de Ramón Berenguer IV.

Alfonso II alejó al enemigo islámico procurando el avance de la frontera aragonesa. La fortaleza mantuvo su relevancia, dada su situación estratégica.

Siglo XIII

Año 1221 – Jaime I integró la villa de Monreal y con toda probabilidad su castillo, en la Comunidad de aldeas de Daroca.

A finales de siglo las tensiones entre Reinos de Castilla y Aragón devolverán la antigua importancia estratégica al castillo, convirtiéndose en una de las posiciones más destacadas de la red de fortificaciones que defendían el valle del Jiloca del enemigo castellano.

Esta circunstancia quedó patente tanto en las reparaciones de entidad, como en la permanente presencia de un alcaide designado por la Comunidad de Daroca. Esto supuso un importante incremento en los gastos de la “retenencia” (bastimentos y otras cosas necesarias para la defensa de la fortaleza).

Siglo XIV

Años 1356/1369 –  En el periodo álgido de la Guerra de los Dos Pedros, el rey Pedro IV quiso controlar la defensa de la fortaleza, relevando al alcaide puesto por la Comunidad y designando a uno de su total confianza. Pese al relevo de alcaides, la Comunidad mantenía la obligación de aprovisionar el castillo con hombres, alimentos y materiales.

Siglo XV

Hasta fechas avanzadas de siglo, el castillo siguió considerándose una pieza clave en la defensa de este territorio, contando con un alcaide cuya designación volvió a manos de la Comunidad de Daroca.

Después se inició un largo periodo de irrelevancia militar, de casi cuatro siglos. Durante ese tiempo, la fortaleza se utilizó para otros fines, como posiblemente cárcel y almacén de granos; incluso una de sus torres fue empleada como campanario.

Siglo XIX

Año 1839 – En septiembre de ese año, el jefe carlista Llagostera ordenó su demolición, junto con la de otros edificios que pudieran ser fortificados por los liberales.

Año 1840 – El castillo protagoniza un último episodio bélico: el 6 de mayo de 1840 sirve de refugio a 50 soldados liberales atacados por 1250 soldados carlistas. La fortaleza, pese a su mal estado de conservación y a la desigualdad numérica entre los contendientes, resistió y la posición no cayó. Como represalia, los carlistas saquearon e incendiaron la población.

A partir de ese momento, el tiempo y la proximidad al caso urbano propiciaron la desaparición de lo que quedaba de fortaleza. Los materiales de las ruinas se usaron para reconstruir la villa, y poco tiempo después, se construyó sobre su emplazamiento la torre del reloj (1849-54), recuperándose una de las últimas funciones que había tenido el castillo durante los tiempos de paz (torre-campanario de la cercana parroquial).

Finalmente, tras la construcción del actual parque, ​quedaron ocultos los últimos restos de la fortaleza. ​En su subsuelo todavía quedan restos arqueológicos, a la espera de que futuras excavaciones los saquen a la luz.

Siglo XXI

Año 2006 – El Castillo de Monreal del Campo está incluido dentro de la relación de castillos considerados Bienes de Interés Cultural en  del Patrimonio Cultural Aragonés.

Fuentes:
www.sipca.es
www.castillosnet.org
ARCATUR